En 1975, cuando nací, las historias de los héroes de ficción eran contadas con dibujos en revistas de comics o caricaturas animadas proyectadas por televisión. ya existía Batman, como ya existía el Guernica. los hombres en la vida real, lanzaban bombas a otros hombres durante las guerras, pero no había ningún Superman que pudiera luchar contra las tiranía e injusticias, salvo en las historietas de comics. Los nuevos niños de la generación de la televisión, nos fascinábamos con las proezas de estos héroes inventados, creíamos que este mundo tendría soluciones heroicas y que habría defensores ante la violencia. pensábamos que si era posible, que siempre triunfaría la justicia y existiría entonces una mejor sociedad. pero al terminar la niñez, comprendí que los héroes son ficción y la violencia es lo único que es real y que las historias con finales felices no serían para siempre.

En la serie Antihéroes, busco representar a algunos personajes de los comics y de la ficción, pintados sobre un lienzo utilizando aerosol, ceras, oleos y barnices, como si pintara sobre un muro. aquí creo escenas donde un simpático conejo si puede ser cazado por un perro, o el astuto correcaminos es alcanzado y devorado por el coyote, mientras astro boy o Felix el gato son juguetes abandonados a merced de ratas y alimañas. En este mundo Batman le teme a los murciélagos, Spiderman es seducido por la sexual intención de Daisy y un gato atrapa a Campanita como a cualquier insecto.

Sean bienvenidos a un mundo irónico que resulta ser más real.